Ahora, aquí, sola, desde el amparo silencioso, oscuro y solitario de la noche, me atrevo a hablarte sin tapujos, sin medias verdades, sin palabras inacabadas.
No eres una obsesión para mí, ya no. Eso ha quedado en el pasado. Simplemente, y en palabras muy concisas, eres la persona que me ha conquistado. No puedo decir que estoy enamorada, ni que te quiero, ni que te amo, pues no sé qué es el amor. He buscado, leído, escuchado muchas definiciones de amor, de querer, de amar... Pero ninguna me hace entender realmente cuales son las palabras que pueden definir mis sentimientos hacia ti. Supongo que, tras tantos años pensando que era indigna de ser amada, tras tantos años negándome la oportunidad de tener esperanza en que alguien llegase y me dijese que, realmente, he estado equivocada todo el tiempo, tanto tiempo esperando que alguien hiciera de mi guarida un lugar donde ya no cabe la autocompasión, tras tantos años de dolor, vacío y soledad, se han oscurecido mis ojos, impidiéndome ver cómo es el mundo externo a mi, impidiéndome entender lo que todo el mundo entiende...
No sé qué es el amor, ni creo que lo sepa jamás, pero eso ya es otra cuestión. ¿Puede alguien amar a una persona que, físicamente, no conoce? ¿puede alguien desear la felicidad de otra persona antes que la suya propia? ¿puede alguien amar a una persona que apenas conoce?... No sé qué es posible y qué no lo es, tampoco sé qué es normal y qué queda fuera de la normalidad... No sé nada realmente, y eso es de lo único que soy consciente.
Ahora que nadie vigila mis actos, ni mis palabras, ahora me atrevo a decirte, desde lo más profundo de mi alma, que, aunque me cueste reconocerlo, ya no puedo olvidarte, ya no puedo actuar como si siguiese siendo la misma de antes. Me atrevo a decirte que ya nada es como antes, que eres parte de mi vida, una parte que no quiero perder jamás, una parte que desconozco completamente pero que moriría sin ella. Es verdad que no sé lo que me pierdo, porque nunca te he tenido... Pero si desaparecieses, sería tan duro seguir adelante, aunque lo haría, una promesa es una promesa. Yo que creía haber llegado al fondo del dolor, del vacío existencial... Creía que ya había llegado a sentir el desamparo completo, pero me doy cuenta de que, cuando aparece en mi consciencia la posibilidad de perderte, me siento infinitamente más desamparada de lo que creía que era el tope, de lo que creía que podía soportar. Y sé que esto acabará algún día, pero no quiero pensar en eso, no puedo, supera todas mis fuerzas. Supera el límite del sufrimiento que puedo soportar estando cuerda.
Pero estoy aprendiendo a vivir el presente, a vivir el ahora sin preocuparme por el mañana. Aunque siento que mi tiempo se acaba, siento que el tiempo de hacer grandes cosas está tocando su final, siento que dentro de muy poco tiempo ya no podré soñar, siento que se va apagando la llama de las ilusiones, y que, en breve ya sólo seré capaz de vivir...
Y, por esta noche, acabo mis oscuras confesiones. Quizás algún día siga, quizás lo que queda por decir lo entierre para que nunca vea la luz,... quizás, pero hoy es hoy, ya decidiré mañana qué hago con el mañana.
No se si es realidad o ficcion, de cualquier forma si no lo es lo cuentas de una forma muy especial y si lo es, creo que es demasiado sufrimiento y demasiado anteponer la otra persona a ti, la dependencia emocional como de otra forma nunca es buena. Un besazo.
ResponderEliminarNunca se acostumbra uno al sufrimiento, si asi lo haces te volveras insensible. Deberias de disfrutar de lo que tienes que seguro que es mas de lo que crees. Un bso.
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