Y me embarga la necesidad de protegerte de todo el sufrimiento y el dolor que pueda atenazarte... se me rompe el alma al saberte tan lejos de mi... me siento inútil al no poder hacer nada por ti... por no poder verte cada día, y acariciar tu rostro cada mañana deseándote un buen día... el frío de tu ausencia se me clava hasta los huesos... la sangre arde por mis venas de pensar en lo que has sufrido a lo largo de tu vida... mi corazón sangra con la sola idea de un adiós...
Pero es esa ternura la que me preocupa... nunca la había sentido con tanta intensidad, y mucho menos por un hombre. Me da miedo, me asusta lo que pueda significar.
La ausencia es cruel en el 100 % de las ocasiones! No queda otra que mirar hacia delante.
ResponderEliminarFeliz finde. besos.