1 litro de cruda realidad concentrada
1/2 kg de rutina insipida
200gr de desmotivaciones
1 alma tiznada e inservible
un puñado de ilusas ilusiones
dos o tres cucharadas soperas de sueños rotos en polvo
Coja su vida, y deposite en ella las ilusiones cuidadosamente. A continuación, vierta el alma negra y las desmotivaciones. Remover hasta conseguir que las ilusiones pierdan color. Y entonces añadir la insipida rutina y dejar reposar un tiempo. A medida que vaya pasando el tiempo, verá cómo se amarga la vida. En el momento que crea que ya no puede ser más amarga, añada la cruda realidad y remueva enérgicamente. Verter en un molde y hornear.
Como decoración puede espolvorear sueños rotos glasé (la cantidad a gusto del consumidor, si es muy soñador, más tendrá que poner)
y VOILÀ!!!!! ya tiene su alimento para esta existencia...
Cuidado!!!! una ingesta descontrolada puede provocar efectos adversos (ausencia de sonrisas, ojos tristes, desánimo...)
Ah, y no se aceptan reclamaciones... lo que le haya tocado, eso es lo que tiene...
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