Sentir tu respiración en mi cuello mientras nos fundimos en un largo y tierno abrazo...
Poder despertar cada día a tu lado, y sonreír mirándote a los ojos mientras te digo "buenos días, mi niño...", y dar gracias, a quienquiera que rige este mundo, de que por fin haya amanecido... y me sea concedido un día más para estar junto a ti...
Aspirar tu aroma cada vez que te mueves...
Esconderme en mi mundo, y que solo tú sepas dónde encontrarme...
Refugiarme entre tus brazos cuando tenga miedo de la vida, de mi misma, de perderte...
Ser capaz de expresarte con palabras lo que siento, sin miedo a tu rechazo, mirándote a los ojos y leyendo en tus gestos...
Hacer que te veas con mis ojos, que te des cuenta de lo único y especial que eres... o, al menos, así te veo yo...
Todo lo que nunca he tenido ni tendré...
Todo eso es una ínfima parte de lo que echo de menos...
Quiero que me quieras, y, al mismo tiempo, no lo quiero... No quiero lástimas, y sé que es lo que te doy... Una pequeña estúpida, difícil de convencer, pero que, una vez convencida, solo sabe molestar y humillarse...
Echo de menos algo que nunca he tenido... hoy estoy hablándote de paradojas, contradicciones y sinsentidos...
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