Me rompe el alma ver la facilidad con la que puedes prescindir de mi... ver cómo, tras tanto dolor, soy la estúpida incauta que ha vuelto a caer en la misma trampa... me angustia comprobar que tu ni te inmutas mientras que yo apenas puedo respirar... me duele sentirme engañada y utilizada, porque no es de hombres despertar el amor de una mujer sin tener la más mínima intención de amarla, y si lo despierta sin querer, advertir a tiempo de la verdad... y me aterra ver cómo yo no soy capaz de prescindir de ti sin sentir que muero por dentro.
Pero, lo que más me jode, no es nada de eso... es la certeza que tengo de que, cuando reaparezcas, acabaré haciendo como si no hubiese pasado nada, como si no hubiese pasado unos días tan tortuosos que he deseado morir.
Sé que estoy siendo injusta, pues la culpa es mía, solo mía. Pero no puedo evitar pensar que no eres consciente del dolor que estoy sintiendo, porque, si lo fueses, no me habrías permitido quererte, no me habrías dado las alas que me han hecho ascender por los sueños de los que ahora estoy cayendo...
Perdóname
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